Puerta del Sol, es un espectáculo teatral basado en la tercera parte de los Episodios Nacionales, tomando como eje central los hechos que acontecen desde el motín de Aranjuez, hasta el levantamiento popular de Madrid, el 2 de mayo de 1808.
Los episodios de la Primera Serie que tienen especial interés para la versión dramática se refieren a Trafalgar y La corte de Carlos IV, por aportar datos sobre la niñez y adolescencia del protagonista.
Al abordar desde el mundo del teatro un acontecimiento como el Bicentenario de 1808 y la Guerra de la Independencia, comprobamos que la mejor producción literaria sobre aquellos años se encuentra en los Episodios Nacionales de Galdós, voz indiscutible, que funde de forma magistral los hechos sociales, políticos y militares con la peripecia humana de sus protagonistas.
“Cuando pasen los años, cuando transcurra el tiempo, se verá lo que España debe a… Galdós, en más de cien volúmenes, ha trabajado porque despierte España y adquiera conciencia de si misma.” (Azorín, “Lecturas españolas”. “Galdós”).
La originalidad absoluta de esta propuesta teatral es precisamente la de abordar por primera vez en un escenario la dramatización de los hechos históricos, desde el motín de Aranjuez al levantamiento popular en Madrid, novelados por Galdós.
El reto consiste en extraer toda la sustancia teatral que nos aporta el texto de Galdós, sin perder la calidad del lenguaje y la visión del autor, que como decíamos antes, es una de las aportaciones más grandiosas a la literatura española y universal.
Sobre las posibilidades dramáticas de la obra de Galdós ya se encargó el propio autor de explorarlas en las numerosas adaptaciones a teatro que hizo de sus obras.
Algunas muy superiores a las novelas originales, como así lo ha reconocido la crítica.
Sobre la dramatización de los Episodios conocemos las adaptaciones de Gerona (1893) y Zaragoza (1907). No es casual que esta última la realizara el autor para la conmemoración del primer Centenario.
Cuando Galdós decide convertir en materia dramática sus Episodios está pensando en Cervantes y su Numancia. Es una llamada a la conciencia colectiva, con las heridas del 98 aún sin cicatrizar. Él mismo otorgaba mayor superioridad a la obra dramática frente a la novela a la hora de comunicarse con su público.
Hace ya muchos años, exactamente catorce, con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Galdós, dirigí la puesta en escena de Fortunata y Jacinta en versión del autor Ricardo López Aranda. Entonces ya nos planteábamos las dificultades de la puesta en escena de una novela, o en palabras de López Aranda, de “recrear en forma teatral un argumento novelesco”.
Decía López Aranda que “quien asistiera a una representación teatral de la novela Fortunata y Jacinta o de La Regenta o de Guerra y Paz esperando encontrarse, capítulo tras capítulo, con unos actores representando sucesivas partes de la narración novelística cometería parecido error de quien fuera a ver una representación de la ópera La Traviata con el libro La dama de las camelias de Alejandro Dumas debajo del brazo esperando encontrarse lo mismo”.
El teatro nos ofrece la posibilidad de acercarnos a los conflictos individuales de los personajes al tiempo que asistimos al drama colectivo del verdadero protagonista
del espectáculo: el pueblo de Madrid.
La visión que el teatro aporta es precisamente la de poder simbolizar el gran conflicto histórico al mismo tiempo que la vida de los personajes, sus sentimientos y sus pasiones cristalizan ante cada espectador. Teniendo en cuenta precisamente que el teatro ha acompañado al hombre a lo largo de su historia.
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FICHA TÉCNICA
EQUIPO ARTÍSTICODirección Adaptación teatral REPARTOCARLOS ÁLVAREZ-NOVOA |
JOAQUÍN ABAD
EQUIPO DE PRODUCCIÓNProducción ejecutiva |